Con estos recuerdos y con los ojos cargados de lagrimas a punto de brotar, se acentúan aún más mis ganas de cruzar a Turquía y volver a experimentar esa hospitalidad que solo los musulmanes saben dar....
"La gente no lo entiende. ‘¿Por que haces esto?’- me preguntan algunos. ¿Por qué sufrir de esa manera subiendo tales montañas en caminos empedrados o pedaleando con tanto calor y a veces incluso frío?...
‘Tú ya no eres un cicloturista más para nosotros, sino un nuevo miembro de la familia’
Por fin, después de más de trece horas, estaba en el hostel y con unas vistas directas al lago.
Hoy, desde más lejos que nunca, me acuerdo más si cabe de mi pueblo, Ardales y mis orígenes en esos paisajes que admiro cada vez que vuelvo a Andalucía.
Una vez más se demuestra la disposición de ayudar de los habitantes de este país.